Tráfico de Órganos: La Forma Invisible de la Trata de Personas

El tráfico de órganos, un lucrativo comercio ilícito a nivel global, es a menudo una forma de trata de personas menos estudiada por las partes interesadas en la lucha contra la trata debido a su intrincada y, con frecuencia, sigilosa naturaleza. La trata de personas con fines de explotación sexual o laboral es la forma de trata con la que los líderes de políticas públicas y las campañas generales de sensibilización están más familiarizados. Sin embargo, el tráfico de órganos ocupa un lugar fundamental en los grupos de delincuencia organizada transnacional debido a la gran demanda y las tasas relativamente bajas de aplicación de la ley.

Los traficantes de órganos se enriquecen en las sombras, mientras que su huella médica destructiva es lo único que se siente. Deja a las poblaciones vulnerables, también conocidas como “donantes”, y a los beneficiarios del primer mundo, también conocidos como “receptores”, expuestos a una explotación severa y consecuencias de por vida para su salud.
Esta forma de comercio ilícito también deja al sector privado, en particular a la industria financiera, susceptible de ser un conducto desprevenido de su facilitación. Sin embargo, con la capacitación y la sensibilización adecuadas, las instituciones financieras pueden desempeñar un papel fundamental en el desenmascaramiento de los traficantes de órganos a través del rastro financiero que dejan a su paso.

Baja Oferta, Alta Demanda

Al describir el tráfico de órganos, a menudo existe confusión sobre cómo puede ocurrir este delito. Global Financial Integrity (GFI) estima que el 10 por ciento de todos los trasplantes de órganos, incluidos los pulmones, el corazón y el hígado, se realizan con órganos traficados.1 Sin embargo, los órganos más prominentes que se comercializan de forma ilícita son los riñones, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año se venden 10.000 riñones en el mercado negro en todo el mundo, o más de uno por hora.2
Por sí mismos, estas cifras pueden parecer graves. Sin embargo, cuando se comparan con los tiempos de espera promedio para recibir un trasplante en los países desarrollados, uno puede comenzar a comprender mejor por qué la demanda se desvía hacia los mercados negros. En Canadá, se estima que el tiempo promedio de espera para un riñón es de 4 años y algunos esperan hasta 7 años.3 En los EE.UU., el tiempo promedio de espera para un riñón es de 3,6 años según la Fundación Nacional de Nefrología.4 En el Reino Unido, los tiempos de espera promedian entre 2 y 3 años, pero pueden ser más largos.5

Ocultos a Plena Vista

Una vez obtenidos, los órganos traficados pueden trasplantarse a receptores en los hospitales más prestigiosos de las principales ciudades del mundo, pero con frecuencia los trasplantes se realizan en los quirófanos clandestinos improvisados en casas.
Los traficantes orquestan el reclutamiento del donante a menudo desde un lugar de vulnerabilidad, y no siempre se examina adecuadamente a las víctimas para determinar sus calificaciones de donantes saludables. Los pacientes desesperados que necesitan un órgano pueden caer presa de un traficante que podría estar haciéndose pasar por un representante “respetable” de una organización altruista de búsqueda de órganos. La explotación financiera juega un papel clave en ambos lados de este escenario. Además, los traficantes de órganos también podrían estar involucrados en otras formas de trata de personas, como el tráfico sexual o laboral. Están surgiendo casos en que un donante de órganos puede haber sido víctima del tráfico sexual o laboral, así como una víctima del tráfico de órganos, lo que crea una ecuación de explotación en varios niveles. El término “turismo de trasplantes” se utiliza a menudo para describir este delito, tal como se define en la Declaración de Estambul:
“…viajar para realizarse un trasplante que implica tráfico de órganos o comercialización de trasplantes o si los recursos (órganos, profesionales y centros de trasplantes) dedicados a proporcionar trasplantes a pacientes extranjeros socavan la capacidad del país para proporcionar servicios de trasplante a su propia población”.6

Ampliar el Vocabulario de la Trata de Personas

¿Cómo encaja el tráfico de órganos dentro de la definición más amplia de la trata de personas? Como se establece en el Protocolo de Palermo del año 2.000, que es la base de la mayoría de las leyes nacionales sobre la trata de personas, el tráfico de órganos se delimita dentro de una definición más amplia como:
“Trata de personas significará el reclutamiento, transporte, traslado, alojamiento o recepción de personas, mediante la amenaza o uso de la fuerza u otras formas de coacción, secuestro, fraude, engaño o abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad, o de dar o recibir pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una persona que tenga control sobre otra persona, con el propósito de la explotación. La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución de otros u otras formas de explotación sexual, trabajos forzados o servicios, esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.7
En la mayoría de los países, la compra y venta de órganos es ilegal (por ejemplo, Irán es el único país del mundo donde comprar y vender un órgano es legal, pero esta excepción solo se aplica a sus ciudadanos). Por el contrario, hay pocas leyes que restringen que un individuo deje su país para obtener un órgano de alguien en el extranjero. De hecho, hay muchas empresas que se dedican al “turismo de trasplantes”, pero que pretenden solo poner en contacto a los receptores con donantes que estén dispuestos.
Es difícil saber con exactitud cuánto dinero el turismo de trasplantes genera anualmente en todo el mundo, pero se estima de manera conservadora que el comercio ilegal de órganos genera alrededor de USD 840 millones a USD 1,7 mil millones anualmente según GFI.8
Desafortunadamente, incluso con un flujo estimado de fondos que superan USD 1 mil millones al año, es difícil para los agentes de las fuerzas de seguridad y los profesionales en antilavado de dinero (ALD) detectar actividades financieras relacionadas. Esto se debe a una multitud de factores, como la falta de leyes nacionales que disuadan a los ciudadanos de viajar al exterior, la naturaleza transnacional del crimen y la conveniencia de los proveedores que conocen las leyes relacionadas con el tráfico de órganos lo suficientemente bien como para eludirlas mediante empresas pantalla y ofertas sanitizadas (legales) a través de sitios web públicos.

Indicadores de Lavado de Dinero

Si bien puede ser difícil para los bancos detectar transacciones financieras relacionadas con el tráfico de órganos, no es imposible, ya que hay algunos indicadores disponibles. Estas señales de advertencia podrían incluir los siguientes indicadores y pueden ser inocuas por sí mismas, pero cuando se combinan, podrían presentar un comportamiento potencialmente sospechoso:
  • Transferencias electrónicas a entidades en jurisdicciones de alto riesgo (consulte la figura A) con nombres que incluyen una variación de la palabra médico. Por ejemplo, “Medicus”.
  • Métodos de pago (transferencias bancarias, transferencia de dinero por correo electrónico, extracciones masivas de efectivo). Consulte la figura B para conocer los precios estimados de los órganos.
  • Pagos entre organizaciones benéficas y sitios de turismo médico.
  • Pagos con tarjeta de crédito a agencias de viajes, aerolíneas u hoteles, antes del movimiento de dinero y viajes.
  • Indicación del personal bancario de primera línea de clientes potencialmente enfermos que mueven grandes cantidades de fondos a empresas o entidades benéficas con nombres genéricos antes de viajar.
  • Sitios web de turismo médico que ofrecen servicios de trasplante en el extranjero y que recomiendan utilizar sus propios médicos domésticos de confianza antes de viajar.
Una cosa a tener en cuenta es que, si bien viajar al extranjero para obtener un órgano puede ser legal en ciertos países, las transacciones financieras asociadas aún se considerarían denunciables en muchas jurisdicciones, ya que el acto de comprar un órgano puede ser ilegal dentro de su país de ciudadanía. Esta postura brinda a los profesionales de ALD una perspectiva interesante más allá de la que tienen las fuerzas de seguridad, ya que están en condiciones de ofrecer información de inteligencia sobre la que los organismos de seguridad pública pueden no tener conocimiento ni estar obligados a recopilar.
La inteligencia recolectada por las unidades de inteligencia financiera (UIF) dentro de las instituciones financieras asociadas al tráfico de órganos o el turismo de trasplantes puede ser divulgada a los colaboradores internacionales por las UIF nacionales.

Figura A

Figura B

La Iniciativa Project Protect se Expande: Project Organ

Como se indicó anteriormente, informar sobre las transacciones relacionadas con el tráfico de órganos no es tarea fácil. Esta forma de concienciar puede ser una herramienta igualmente efectiva para frenar el tráfico de órganos y al mismo tiempo aumentar el conocimiento investigativo para informar sobre las transacciones.
Un ejemplo de cómo se está generando conciencia, dentro del contexto de ALD y el tráfico de órganos, es a través de la iniciativa Project Protect en Canadá. Aunque inicialmente se diseñó para tratar el tráfico sexual, Project Protect se amplió para cubrir el tráfico de órganos a petición del Dr. Francis L. Delmonico, M.D., profesor de cirugía en la Facultad de Medicina de Harvard en 2018. La expansión se conoce como “Project Organ” y sus objetivos son similares a los del proyecto original, ya que busca crear conciencia y aumentar la presentación de informes a la UIF nacional de Canadá, el Centro de Análisis de Informes y Transacciones Financieras de Canadá.

Perspectivas Futuras

Países como los EE.UU. y Canadá no incluyeron el tráfico de órganos como una forma de trata al adoptar sus leyes nacionales sobre la trata de personas. Sin embargo, en los EE.UU., por ejemplo, algunos estados individuales como Massachusetts incluyen el tráfico de órganos dentro de sus leyes estatales sobre la trata de personas.
Desde el Protocolo de Palermo, el discurso de políticas públicas sobre tráfico de órganos ha ido ganando terreno. En 2008, un grupo de partes interesadas clave en la lucha mundial contra el tráfico de órganos se reunió para formar la Declaración de Estambul, creó nuevas definiciones cruciales sobre el tráfico de órganos y el turismo de trasplantes, y desarrolló prácticas prometedoras para abordar el comercio de órganos. El Dr. Delmonico fue uno de los cofundadores de la Declaración de Estambul y, en consecuencia, el Grupo de Custodia de la Declaración de Estambul (DICG), un organismo internacional encargado de implementar los principios de la Declaración. Él comentó lo siguiente:
“El DICG ha sido un grupo eficaz de colegas internacionales que monitorean las prácticas ilegales por su conocimiento de los pacientes que regresan a su país de origen para recibir atención médica sofisticada después de un trasplante. Notificar a las autoridades responsables ha llevado al arresto de traficantes de órganos en Israel, China, Pakistán, India, Costa Rica, Egipto y los Estados Unidos”.
Además, el Consejo de Europa adoptó un Convenio contra el Tráfico de Órganos Humanos en 2014, que entró en vigor recientemente, en enero de 2018.9 Este es un desarrollo fundamental, ya que se trata del primer mecanismo legal con una definición más coordinada universalmente del tráfico de órganos.
Eventos más recientes, como la Cumbre sobre el tráfico de órganos de febrero del 2017 organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias en el Vaticano, también han arrojado luz sobre el estado del comercio de órganos. En la actualidad, se sigue desconociendo el alcance del tráfico de órganos en cuanto al número de ese tipo de trasplantes que se realizan anualmente. Además, aún falta la plena integración del problema en el campo de la trata de personas en su conjunto.
Para combatir con eficacia el tráfico de órganos y aumentar su visibilidad entre otras formas de delitos organizados transnacionales, es vital participar en alianzas público-privadas efectivas. El sector privado, incluida la industria financiera, puede ser esencial en esta lucha mundial.

Acamstoday
8/07/2017

https://www.acamstoday.org/trafico-de-organos-forma-invisible-trata-de-personas/

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